Dúo Madrigal, 40 años de patrimonio vivo de Ibarra
Ibarra -
Platón decía que la música da alma al universo, alas a la
mente, vuelos a la imaginación, consuelo a la tristeza y alegría a las cosas.
Los maestros Adolfo Brusil y Luzmila Landeta, integrantes del Dúo Madrigal,
aseguran que han experimentado todas esas sensaciones sobre los escenarios
durante sus 40 años de trayectoria musical.
El romance entre Adolfo y las seis cuerdas de una guitarra
comenzó en 1950. Tenía solo 3 años cuando por primera vez pudo tener este
instrumento en sus manos. A partir de ese momento, nunca lo soltó. Los juguetes
quedaron relegados por las líneas curvas de su silueta.
Llegó la etapa escolar y su talento comenzó a popularizarse
entre sus compañeros y profesores. Estaba presente en festivales, concursos,
verbenas, conciertos, serenatas y hasta en las novenas navideñas. Siempre supo
que la música sería el pilar fundamental de su existencia.
Y mientras Adolfo perfeccionaba su técnica para ejecutar la
guitarra de forma empírica en Ajaví Chiquito, su natal barrio, a corta
distancia Luzmila Landeta descubría un melodioso instrumento en su voz.
Recuerda que los temas de Pedro Infante que sonaban en la radio fueron los
primeros que aprendió a cantar cuando tenía 7 años.
Dice que el arte fluye por sus venas y por ello el canto,
hasta ahora, es una aptitud natural en ella. No tuvo maestros porque su madre no
concebía que su hija se convierta en cantante de música de cantina. Pero su
impresionante capacidad de interpretación de las melodías nacionales, le
permitió derrumbar todos los prejuicios.
En 1973, los caminos de Adolfo y Luzmila coincidieron al fin
en una reunión de amigos en común. Su pasión por el folclor nacional los
convirtió en confidentes y compañeros de escenario. A partir de ese momento
decidieron ser parte de una agrupación musical que ensayaba en el garaje del
esposo de Luzmila. Pero ninguno de ellos vivía a través de la música, como ya
lo hacían Adolfo y Luzmila. Por eso decidieron abandonar la banda y conformar
el Dúo Madrigal.
Luego de años de éxitos como músicos aficionados, en 1986
desde la capital les llegó una propuesta que los colocó en el panorama
nacional. La productora musical Martha Uquillas, hizo realidad su sueño de
grabar su primer Long Play (LP) denominado Imbabura le canta a la patria y a
partir de ese momento se consagraron como profesionales. (I)
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